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21 pues donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón.

22 »Los ojos son la lámpara del cuerpo. Si tu ojo es bondadoso, andarás en la luz; 23 pero si tu ojo es maligno, estarás sumido en la oscuridad. Y si tu luz no es más que oscuridad, tu oscuridad ¡qué negra debe ser!

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